Por el élder Stterling W. Sill.
El tercer versículo del Salmo 65 dice: “Las iniquidades prevalecen contra mí”.
Hace algunos años Harry Emerson Fosdick escribió un artículo con el título de “Obediencia”, en el cual llamó la atención a poder destructor que el pecado ejerce en las vidas de la gente. Luego de citar el versículo anterior, indicó algunas de las fuentes de donde proviene la potencia del pecado.
El problema principal del género humano es el pecado. Es el obstáculo que estorba el camino de casi todo éxito y felicidad humanos. Por consiguiente, considerándolo desde el punto de vista que sea, incluso el de nuestra propia experiencia, merece nuestra consideración más seria.