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11 abr 2010

La Iglesia Divina Restaurada - Parte II - Capítulo 4

RESULTADOS IMPORTANTES DE LA BUSQUEDA
DE LA VERDAD

La lucha por la luz

YA HEMOS visto que Europa, durante el largo período de obscuridad espiritual, estuvo envuelta en conceptos erróneos tocante a la religión. También vimos que unos pocos hombres intentaron corregir esos errores y descubrir la verdadera luz de la religión. Hubo algunos otros que, hastiados de estos muchos abusos, llegaron a considerar a la religión como algo ajeno a la vida verdadera. Estos dos grupos iniciaron movimientos e hicieron descubrimientos, cuyas crónicas hacen relucir las páginas de la historia del mundo. Sus esfuerzos ayudaron a preparar el camino para la verdad que más tarde fue restaurada.


Los resultados de los esfuerzos de los hombres

La obscuridad que esclavizó a los hombres durante ocho siglos o más no podía continuar para siempre. Los hombres tienen que estar libres, y tarde o temprano deshacen el yugo que los tiene sujetos. Conscientes de una vida más completa de la que estaban llevando, muchas almas inquietas empezaron a buscar la manera de librarse de los lazos con que la Iglesia los había tenido sujetos por tanto tiempo. Comprendían que estaban hundidos en un abismo de corrupción política, de injusticia social y degradación moral tan perniciosa para el alma humana. ¿Cómo podían librarse de aquello?

Dado que no hubo ningún esfuerzo concentrado ni organización potente que pudiera usarse en una lucha por la libertad, los varios hombres, aisladamente y de distintas maneras, la llevaron a cabo. Se logró esclareciendo la mente humana. Los medios para efectuar esto parecían ser interminables.

Durante los siglos XIII y XIV nació en Italia un despertamiento o avivamiento del interés en la literatura clásica. Lo que habían escrito los griegos, tanto de filosofía como poesía llegó a ser la norma de vida. Hombres como Dante, Petrarca y Bocaccio ejercieron una influencia tremenda en los pensamientos de los hombres; y a tal grado que éstos empezaron a pensar por sí mismos y volvieron a descubrir la dignidad del individuo, por tanto tiempo oprimida.

Hacia el fin del siglo XIV, el nuevo interés que este renacimiento había despertado cruzó los Alpes y hallo acogida en Francia, Alemania, Inglaterra y otros países del norte. Este nuevo interés tuvo una expresión más amplia en los países del norte que en Italia. Fue introducido en la arquitectura, la pintura, los tejidos, muebles, tapicería, etc.

Fue también en este período y en los subsiguientes que en otras materias, por ejemplo la ciencia, los hombres ensancharon la visión y dieron más amplitud al campo en que la mente podía obrar con libertad. Nos llena de emoción el estudio de las obras de Cópernico sobre la astronomía, las de Harvey sobre la fisiología (fue éste quien descubrió la circulación de la sangre). Tenemos también a los navegantes: Colón, el atrevido marinero que descubrió a América y Magallanes, el primero en dar la vuelta al mundo.

Las obras de estos literatos y las realizaciones de estos científicos, junto con los que dieron nueva belleza a la arquitectura, a los muebles y a otras cosas materiales de la vida, impulsaron la imaginación y despertaron nuevas ideas sobre el arte de vivir. Mucha de la melancolía que cubría la mente humana se disipó como una nube, y empezó a haber nuevo valor y una felicidad más grande.

Lo que estos hombres efectuaron se hizo sentir en el campo de la religión. Erasmo, pensador liberal e independiente, apoyaba lo que estaba haciendo. Aun se burló de los monjes por sus ideas erróneas sobre la vida y sus malas prácticas. Con ésto dió un buen ejemplo a otros que consideraban la vida demasiado interesante y hermosa para ser menospreciada o degradada, de acuerdo con las enseñanzas de los religiosos. Se había instado por mucho tiempo a vivir para la otra vida más bien que para ésta. Esta vida debería sacrificarse por la venidera. Este concepto causó mucha de la melancolía de que hemos hablado.

El nuevo movimiento modificó este concepto y orientó los pensamientos hacia una estimación de la vida terrenal así como la venidera. Sin embargo, los nuevos movimientos sufren por causa de los extremistas que se desarrollan entre ellos. El que estamos considerando experimentó esta misma cosa. El hincapié que se había hecho en el otro mundo pasó, en muchos casos, a las cosas de este mundo, y a tal grado aumentó, que Dios quedó olvidado y no tuvo más lugar en los pensamientos de los hombres. Se daba poca atención a la vida después de la muerte, tan esencial en las enseñanzas de Jesús. Los hombres que sostenían esta doctrina eran conocidos como “humanistas”, y el movimiento que iniciaron lleva el nombre de “humanismo”. Ha continuado hasta nuestra época.

Debemos entender, sin embargo, que esta filosofía no resultó únicamente de los abusos de la religión. Hubo otras causas que contribuyeron. Las condiciones económicas habían mejorado y ensanchado a tal grado que había mucho dinero. Esto produjo una sensación de independencia. Se extendieron las actividades sociales. Aumentó el deseo de viajar. La vida era más interesante. De estos esfuerzos nacieron estos dos resultados importantes: (1) Aumentó el deseo de disfrutar de la vida terrenal; (2) Aumentó la libertad intelectual.

A pesar de lo que se pueda decir del incapié que se hizo en la religión, durante el largo período que la Iglesia ejerció el dominio, no dejó satisfecha la vida como ésta debe satisfacerse. Los hombres tienen que vivir en el estado mortal. Han de disfrutar de ella hasta donde puedan: no imprudente ni inicuamente, sino sana y constructivamente. Esto no era lo que estaban haciendo.

Junto con el aumento de disfrutar de la vida terrenal, hubo un crecimiento en la libertad intelectual. Llegó muy retrasado, y aunque causó algunos excesos, ensanchó y enriqueció la vida e hizo posible lograr más libertad y mayores verdades en lo futuro.

El movimiento que vió estos resultados y realizaciones de los hombres en su lucha por mayor luz, es conocido en la historia como el Renacimiento. En la Enciclopedia Británica leemos lo siguiente: “Fue...... una época y un procedimiento de transición, una fusión, preparación, una tentativa de lograr......... Estimuló la investigación; invitó la crítica; derrumbó las estrechas barreras mentales que había impuesto la ortodoxia medieval........ Representaba una lucha por la libertad espiritual”.

Tal fue el “Renacimiento”. Pero debe tenerse presente que constituye únicamente uno de los grandes movimientos que surgieron mientras los hombres buscaban la verdad que satisface el alma: la verdad del evangelio de Jesucristo.

La lucha por la libertad religiosa

Quizá la nesecidad más apremiante del hombre durante la Edad Media fue la libertad religiosa. El Renacimiento estimuló a los hombres en sus esfuerzos por lograrlo. Como resultado, surgió en ellos el valor para tratar de corregir muchos de los abusos que tenía atada a esa libertad. Entre otras cosas mencionaremos:

1. Prácticas falsas. – Estas se habían ido desarrollando con el trascurso de los siglos. Las peores eran la venta de indulgencias, la compra de puestos eclesiasticos por dinero, la práctica del nepotismo por parte de los papas, obispos y otros religiosos, la inmoralidad de los monjes, la práctica de fomentar la religión por medio de la decepción y las mentiras, el celibato del clero, la hipocresía, el extremadamente común orgullo, celos, arrogancia y bajo concepto de la vida humana. Además de los esfuerzos que se hicieron para desarraigar estas falsas e inícuas prácticas, también se intentó corregirlas.

2. Doctrinas Falsas. – Aun cuando no hubo quien fuera capaz de determinar cuáles eran las doctrinas verdaderas del evangelio, hubo personas que reconocieron muchas de las enseñanzas falsas y trataron de quitarlas. Algunas de esas doctrinas falsas fueron: El bautismo de los niños pequeños; las “dos naturalezas”; las “dos voluntades”; la infalibilidad del papa; el purgatorio; la transubstanciación; la naturalesa de Dios; el pecado original; la misa; la extremaunción; la veneración de reliquias.

Nos habría gustado saber que todas estas prácticas y doctrinas falsas fueron corregidas; pero no fue así. Los reformadores no obraban con el mismo propósito. Aun hubo ocaciones en que obraban unos contra otros; sin embargo, procuraban corregir los errores que sabían que había. Aparte de las anteriores, había otras cadenas que impedían el ejercicio de la libertad religiosa. La lucha que se emprendió contra esta oposición produjo buenos resultados. Estos fueron:

(1)Ayudaron a romper las cadenas de la superstición.
Ya hemos hablado de las superticiones que abundaban en la Edad Media, y cómo suprimían la verdad. Los hombres, mediante su lucha, rompieron estas cadenas; y aún cuando no restauraron la verdad, ayudaron a descombrar el camino para su futura restauración.

(2) Ayudaron a contener el poder temporal de la Iglesia.
Las reformas de Calvino, Zwinglio, Huss, Lutero; Knox y otros lograron sucitar tanta oposición al poder temporal de la Iglesia, que desde entonces ya no pudo ejercer el poder absoluto que antes había tenido.

(3) Dieron la oportunidad de pensar con mayor independencia y libertad en asuntos religiosos.
Rotas las cadenas de la superstición, así como el poder temporal de la Iglesia, vino la oportunidad de pensar con mayor libertad e independencia. Esto no garantizaba el restablecimiento de la verdad del evangelio que el mundo tanto necesitaba, sino más bien fue un paso en el desarrollo que se precisaba para establecer esa verdad cuando el mundo estuviese preparado para ella.

La lucha por la libertad religiosa, que nosotros conocemos como la Reforma, fue al principio parte del Renacimiento y más tarde lo sucedió. No dependió enteramente del Renacimiento ni tampoco estuvo completamente independiente de él. La Reforma no habría logrado el éxito que alcanzó si no hubiese habido ese nuevo despertamiento hacia las bellezas de esta vida terrenal o si el alma humana no hubiese sido estimada en otra forma. La libertad de pensamiento y espíritu que nació de la lucha de los hombres en estos dos grandes movimientos, el Renacimiento y la Reforma, han dado al mundo moderno un beneficio que es difícil de entender; y esto a pesar de las debilidades, limitaciones e imperfecciones de los que ayudaron a crearlas. Sin darse cuenta completa de la importancia de su obra, los hombres fuertes del Renacimiento y la Reforma estaban trabajando, sin embargo, hacia la consumación de los propósitos de Dios entre sus hijos terrenales. Lo que causa admiración es que estos hombres, no obstante que no tenían mucha protección contra el error, no se apartaron más de la verdad. Sin revelación y autoridad divinas, sin la inspiración del Espíritu Santo, pudieron haberse desviado por completo de la verdad. En el caso de Martín Lutero, se puede ver cuán próximo estuvieron a hacerlo. El buscaba la manera de reformar los errores que había en la Iglesia. Sus partidarios se extralimitaron en su actitud rebelde y casi destruyeron lo bueno que ya existía. Si hubiesen buscado la verdad con el verdadero espíritu del Maestro, jamás se habría hecho la destrucción que ellos llevaron a cabo, porque los que buscan con el verdadero espíritu no destruyen lo que es bueno.

Esta destrucción cabal de la verdad no se llevó a cabo por dos motivos importantes. El primero es que Dios no dispuso que tal se hiciera, y el segundo es que hubo hombre buenos que handaban buscando la verdad, aun en las tinieblas y contra fuerzas superiores.

Una nueva invención ayudó a buscar la verdad

La influencia del Renacimiento y la Reforma recibió un ímpetu importantísimo mediante la invención de la imprenta. Sería difícil calcular la fuerza de este método de diseminar conocimiento. Hallam, uno de nuestros eruditos, dice que es “el descubrimiento más importante que se ha escrito sobre los anales del género humano”. Otro, aludiendo el mismo asunto, hace este comentario:

“Sería redundante seguir hablando sobre el tremendo impulso que este nuevo arte dio, no sólo al movimiento humanista, sino al progreso intelectual en general, de las naciones europeas. Sin el no habría sido posible el Renacimiento de la cultura, y la Reforma difícilmente habría tomado su lugar en la historia. Su instrumento, la prensa, propiamente se ha escogido como el símbolo de la nueva era de inteligencia y libertad que introdujo” (Outlines of Mediaeval and Modern History, por P.V.N. Myers, pág. 276)

Cuando consideramos que “entre los instruídos se manifestaba mucho desdén hacia los libros impresos, en parte porque facilitaban de tal manera la difusión del conocimiento”, y si también tomamos en cuenta que los instruídos ejercían tanta influencia en la Edad Media, nos causa asombro que este nuevo descubrimiento haya alcanzado un éxito tan grande. Sin embargo, así fue, como nos lo indica el siguiente párrafo:

“El uso de la pólvora dió fin a la hidalguía y al feudalismo en la Europa occidental. El sonido menos perceptible de la imprenta, cuyo uso se generalizó como consecuencia natural de la invención de los caracteres moviles y la introducción del uso del papel, señaló la alborada de la civilización moderna y puso al alcance de todos los hombres que podían leer, los pensamientos e ideas de los más famosos cerebros. Ninguna fuerza o influencia en el desarrollo de nuestra cultura actual es mayor que la de la imprenta. Cambió por completo el desarrollo de la civilización, multiplicando con increíble rapidez la producción de ideas. Hizo aumentar las crónicas de las realizaciones y los más altos conceptos y aspiraciones del hombre. Su producto fue la levadura que leudó tada la masa” (The Beginnings of Printing in America, por Carlos E. Castañeda)

La imprenta benefició de manera especial a la clase media, porque pudieron participar de la vida intelectual que había sido propiedad exclusiva de los teólogos, escribanos y eruditos de las universidades. Un escritor de aquella época dijo que “el conocimiento, si, y también la sabiduría ahora pueden llamar a la puerta de cualquier hombre”.

Y así efectivamente dio oportunidad a muchos miles de entrar en una vida intelectual nueva. Pero hizo más aún. Estimuló el espíritu de la democracia y la libertad. Engendró un nuevo valor y a la determinación de hablar y apoyar las verdades que por tanto tiempo habían sido suprimidas. Fue, en verdad, un instrumento poderoso para los hombres en su busqueda de la verdad; y su descubrimiento ha sido una bendición para toda la humanidad.-