.header .widget { margin-top: 4px; margin-bottom: 4px; width: 900px; padding: 0 95px; }

Titulo

Image and video hosting by TinyPic

¡Bienvenid@s!

Aún cuando los temas y materiales aquí publicados puedan ser usados con tranquilidad por los miembros de la Iglesia, aclaro que éste no es un sitio oficial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Y si quieres contactarme puedes hacerlo:

Vía mail: ajchinchilla@gmail.com

28 abr 2009

EDIFICAD, NO MURMURÉIS.

Mis hermanos y hermanas, tanto en el mundo como en la Iglesia tenemos dos clases de personas: los edificadores y los murmuradores. Preguntémonos a cuál clase pertenecemos. Hemos sido llamados para llevar a cabo nuestros deberes. A los miembros del sumo consejo junto con el presidente de estaca se les pide que edifiquen sus estacas y hagan otras obras en la Iglesia. Ellos presentan algún plan de acción y muchas veces la mayoría dirá, "Sí, haremos eso; cumplamos con las cosas que la presidencia de estaca y el sumo consejo nos han pedido."


"Pero en alguna parte oiremos a un murmurador, a uno que le gusta encontrar fallas en todo y que dirá, "No, Uds. no podrán hacer eso." Se burlarán tal como lo hicieron Lamán y Lemuel y dirán que Uds. no podrán lograrlo. Debido a una mala interpretación de las razones en cuestión, algunos se hallarán muy pronto junto a Lamán y Lemuel que junto a Nefi, quien expresa la voz de Dios. Pueda que sean las instrucciones de alguna mesa general auxiliar o del consejo de la estaca que requieran la energía unida de todos para que el trabajo sea exitoso. La mayoría de los hermanos se unirán y unirán sus esfuerzos para edificar junto a los líderes de tal manera que los hijos de Dios puedan recibir la luz del Espíritu Santo, para que puedan obtener el conocimiento que es revelado en esta Iglesia. "En la Iglesia de Jesucristo no hay amos ni esclavos sino que todos trabajamos para uno y uno para todos."(AA, p. 60.) Sin embargo, habrá murmuradores, habrá aquellos que buscan fallas en todo. Tened cuidado con ellos."


BUSCANDO A LOS “HONRADOS Y SABIOS”

“Yo, Dios el Señor, os hago libres; por consiguiente, sois verdaderamente libres; y la ley también os hace libres.
Sin embargo, cuando los inicuos gobiernan, el pueblo se lamenta.
Por lo tanto debe buscarse diligentemente a hombres honrados y sabios, y a hombres buenos y sabios debéis esforzaros por apoyar; de lo contrario, lo que sea menos que esto del mal procede.”
(D&C 98:8-10)


Una frase de estos versículos tiene un tono particularmente solemne: “Sin embargo, cuando los inicuos gobiernan, el pueblo se lamenta.”

En el siguiente versículo se nos dice directamente que tenemos la responsabilidad de buscar y apoyar a aquellos líderes que son “honrados”, “buenos” y “sabios”.

27 abr 2009


Conociendo a nuestro cónyuge por medio de las palabras

A menudo las parejas se comunican sólo lo suficiente como para saber que están presentes, pero no para reconocerse como individuos que forman una pareja eterna. No es de extrañar que se escuchen en los divorciados frases como “creí que lo conocía” o “no es la mujer que conocí en mi juventud, es una extraña”.

La comunicación puede fortalecer o debilitar la relación, pues depende de qué se comunica y cómo se lo hace.


Muchas veces caemos en la trampa de ser los únicos que hablamos en la relación, provocando que la actitud pasiva del oyente oculte resentimientos por no encontrar la oportunidad de expresarse.

Puede suceder entonces que cierre sus oídos y su corazón utilizando la “cara de piedra” con una mueca que simula escuchar.

25 abr 2009

LA BROCHA

Una vez un artista estaba pintando la bóveda de un templo, y con frecuencia daba unos pasos hacia atrás en el andamio, para contemplar su obra. Se encontraba tan absorto contemplando su trabajo, que no se había dado cuenta de que iba a caer en el pavimento que estaba a gran distancia del andamio.

Otro pintor, hermano de aquel, viéndolo en peligro y comprendiendo que una palabra podría apresurar su caída, arrojó una brocha sobre el cuadro que contemplaba el artista que estaba en peligro. Este pintor, sorprendido y enojado, violentamente se dirigió hacia adelante: así se salvó de una caída que hubiera sido mortal.

Así también, Dios algunas veces destruye las halagadoras esperanzas de nuestro corazón, para advertirnos el grave peligro en que estamos por causa del pecado, y para salvar nuestras almas.

Muchas veces no entendemos que por estar tan absortos en nuestros propios logros, éxitos y ambiciones damos pasos en falsos que podrían destruir nuestras propias vidas y Dios en su misericordia interviene para despertar nuestra conciencia dormida.

A veces él lanza su brocha contra el cuadro de nuestra vanidad para demostrarnos que nos ama y que más que estar interesado en nuestros éxitos, él está interesado en nosotros como sus hijos.

La próxima vez que su brocha manche tu cuadro, dale gracias a Dios, porque quizá te libró de caerte del andamio.

24 abr 2009

La Mujer y el Sacerdocio

Traducción libre no oficial del capítulo Nº 13 titulado “La Mujer y el Sacerdocio” (Women and the Priesthood) del manual The Latter-day Saint Woman: Basic Manual for Women, Part A, 91 (La Mujer Santo de los Últimos Días: Manual Básico para las mujeres).

Objetivo: El propósito de esta lección es ayudarnos a entender cómo el sacerdocio nos puede bendecir como mujeres.

El Sacerdocio beneficia a todos los miembros de la Iglesia

“[El sacerdocio] es… el poder de Dios delegado al hombre mediante el cual puede actuar en la tierra para la salvación de la familia humana” (Joseph F. Smith, Gospel Doctrine, 5th ed. [1939], 139). El Señor ha asignado al hombre la principal responsabilidad de gobernar y presidir sobre los asuntos de la Iglesia y la familia. A su vez usan este sagrado poder para bendecir y beneficiar a todos los miembros de la Iglesia: hombres, mujeres y niños. El Presidente Brigham Young declaró:

Deudas terrenales y deudas celestiales
ÉLDER JOSEPH B. WIRTHLIN
Del Quórum de los Doce Apóstoles

Tenemos deudas terrenales y deudas celestiales. Seamos prudentes al manejar cada una de ellas.

Mis queridos hermanos y hermanas, qué maravilla es asistir a esta conferencia; nos damos cuenta de que las palabras que se hablan son palabras de inspiración, y es una alegría estar presente.

Hoy quisiera hablar en cuanto a nuestras deudas celestiales y nuestras deudas terrenales. Los Evangelios registran que prácticamente en todo lugar al que iba el Salvador, lo rodeaban multitudes de personas, algunas con la esperanza de que las sanara, otras para escuchar Su palabra y otras para recibir consejos prácticos.

Hacia fines de Su ministerio terrenal, hubo quienes se le acercaron para mofarse y burlarse de Él y para exigir Su crucifixión.

El Cambio en el Corazón

Siento una satisfacción muy grande cuando medito en las escrituras y vienen versículos a mi mente, cuando recibimos revelación de cosas pequeñas pero que son tan importantes que cambian nuestras vidas.

Gedeón ha sido el objeto de mi estudio estas últimas semanas y quisiera compartir con ustedes cómo un hombre puede cambiar su corazón y su vida, y cómo eso no significa que morirá con solemnidad ni de forma apacible.

Ahora bien, había entre ellos un hombre que se llamaba Gedeón; y como era un hombre fuerte y enemigo del rey, sacó, por tanto, su espada y juró en su ira que mataría al rey.

Y aconteció que peleó con el rey, y cuando el rey vio que estaba a punto de vencerlo, huyó, y corrió, y se subió a la torre que estaba cerca del templo.

Y Gedeón lo siguió, y estaba a punto de subir a la torre para matar al rey, y éste dirigió la mirada hacia la tierra de Shemlón, y he aquí que el ejército de los lamanitas estaba ya dentro de las fronteras del país.

Y luego el rey gritó con toda la angustia de su alma, diciendo: Gedeón, perdóname la vida, porque los lamanitas están ya sobre nosotros, y nos destruirán; sí, destruirán a mi pueblo.

Ahora bien, el rey no estaba tan interesado en su pueblo, como en su propia vida; sin embargo, Gedeón le perdonó la vida
. (Mosíah 19: 4 - 8)

¿Con quién me debo casar?

Continuamente quienes están solteros y preocupados por su futuro espiritual oran con fervor a Dios para pedir una compañera o un compañero eterno, alguien que les acompañe por siempre, alguien a quien puedan brindar servicio el resto de sus vidas y con quien puedan conocer a Dios como nunca antes.

Es claro que el que pide es porque está poniendo de su parte, está trabajando por lograr aquello que pide; sin embargo pese a todos los esfuerzos... esa persona no llega y al no llegar nos sentimos inquietos, preocupados, estoy seguro que más de alguna vez caminamos sintiéndonos solos y en algún momento de soledad lloramos un poco diciendo: “Padre, por favor, yo estoy poniendo de mi parte. ¿Cuándo me darás mi compañera(o)?”.


CARTA A UN MISIONERO

Por Wilfredo C. Román

Querido hermano:

El tiempo para salir te ha llegado, y son muchas las cosas para hacer o decir. Ahora, tu mente está un poco confusa pensando en la ropa que tienes que guardar, las direcciones que anotar, las personas que se despiden, el nerviosismo del viaje; todo eso contribuye a que sea un tanto difícil mantenerse imperturbable. Quizás desearas estar mejor preparado, conocer más el Evangelio, saber las charlas con mayor seguridad; pero en todo eso, lo mas importante es tener el deseo de servir a Dios y de compartir las buenas nuevas con los escogidos.
¿Cómo cultivamos la fe?

“La Fe no es tener un conocimiento perfecto de las cosas; de modo que si tenéis fe, tenéis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdaderas” (Alma 32:21).

La Fe es “Creer que Cristo cumplirá sus promesas”.

Para mi estas son las definiciones más certeras de la palabra FE.

Estas dos definiciones nos enseñan claramente que debemos caminar sin retroceder, no dice que no temamos, sino que nunca dejemos de marchar.

Aun cuando estas definiciones nos enseñan que debemos andar a ciegas, no nos enseña como andar a ciegas y a que debemos aferrarnos, que escuchar y que hacer cuando andemos a ciegas.
¿Cuando apareció Jesús a los Nefitas?
Preguntas contestadas por José Fielding Smith
PRESIDENTE DEL CONSEJO DE LOS DOCE APOSTÓLES
(Tomado de The Improvement Era)
Estimado hermano Smith: 'Hace algunos años me fue requerido hablar acerca de los acontecimientos sucedidos en el continente americano al tiempo de la primera Pascua. Al preparar mi discurso, estudiando descubrí que había pasado casi un año entre el tiempo de la crucifixión de Jesucristo y su aparición a los nefitas en el Templo que se hallaba en el país de Abundancia.

“Y sucedió que en el año treinta y cuatro, el cuarto día del primer mes, se desató una gran tormenta…..”' (3 Nefi 8:5)

"Y sucedió que a la conclusión del año treinta y cuatro, he aquí, os mostraré que a los del pueblo de Nefi que fueron preservados, y aquellos que habían sido llamados lamanitas, que habían sido preservados les fueron manifestados grandes favores…..'" (3Nefi 10:18)