.header .widget { margin-top: 4px; margin-bottom: 4px; width: 900px; padding: 0 95px; }

Titulo

Image and video hosting by TinyPic

¡Bienvenid@s!

Aún cuando los temas y materiales aquí publicados puedan ser usados con tranquilidad por los miembros de la Iglesia, aclaro que éste no es un sitio oficial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Y si quieres contactarme puedes hacerlo:

Vía mail: ajchinchilla@gmail.com

24 abr 2009

¿Con quién me debo casar?

Continuamente quienes están solteros y preocupados por su futuro espiritual oran con fervor a Dios para pedir una compañera o un compañero eterno, alguien que les acompañe por siempre, alguien a quien puedan brindar servicio el resto de sus vidas y con quien puedan conocer a Dios como nunca antes.

Es claro que el que pide es porque está poniendo de su parte, está trabajando por lograr aquello que pide; sin embargo pese a todos los esfuerzos... esa persona no llega y al no llegar nos sentimos inquietos, preocupados, estoy seguro que más de alguna vez caminamos sintiéndonos solos y en algún momento de soledad lloramos un poco diciendo: “Padre, por favor, yo estoy poniendo de mi parte. ¿Cuándo me darás mi compañera(o)?”.




Claro está el tiempo pasa y no en vano, algunos tienen más oportunidades que otros pero aún así hay algo que casi todos tenemos en común, esto es, la oportunidad de conocer a alguien y salir con esa persona y alejarnos de esa persona por un motivo o por otro.

Hace ya algún tiempo, mi presidente de estaca habló en una reunión de adultos solteros y apuntando a tres jovencitas dijo: “si un joven pregunta al Padre si la primera jovencita puede ser su esposa Él le dirá que SI. Si hace lo mismo con la segunda y la tercera el Padre contestará que SI”.

Ese día supe dos cosas:

1.- Debía casarme con la mujer que amo.

2.- Descubrí algo pequeño pero importante. Ninguna de las jovencitas que el presidente indicó eran iguales, ni en sus virtudes ni en sus defectos. Ninguno de nosotros es igual a otra persona, ninguno de nosotros tiene las mismas cualidades y defectos en la misma dimensión, por ende, tenemos la capacidad de poder casarnos con una persona que tiene ciertas cualidades y ciertos defectos o con otra que tiene otras cualidades y otros defectos, es decir, podemos soportar cosas que pensamos no poder soportar.

Muchas veces nos alejamos de una persona por algo en particular, o es muy serio o muy torpe, o muy gritón, o muy sincero, o muy irritante, etc. pero el hecho es que nos alejamos.

Si tomamos sólo un momento y meditamos en esto, nos daremos cuenta que aquello es un error. He escuchado en mucho más de una ocasión de que cuando uno se casa, descubrimos que nuestra esposa (o) es totalmente distinta a como la conocimos cundo éramos novios.

Ahora entiendo la verdadera razón del por qué es tan necesario orar y preguntar al Padre si nos podemos casar con esa persona y esa razón no es para saber si es nuestra media naranja, sino para saber que podemos seguir adelante con esa persona, sin importar cuáles sean sus defectos.

En este momento se vienen dos escrituras a mi mente:

• “Y sucedió que yo, Nefi, dije a mi padre: Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles la vía para que cumplan lo que les ha mandado.” (1 Nefi 3:7)

Creo que en ese “sin prepararles la vía” va el que nos da la capacidad de soportarlo todo.

• “El amor es sufrido, es benigno...no busca lo suyo...Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (La Biblia, Nuevo Testamento - 1 Corintios 13:4-7).

Si Nuestro Padre dice que si, es que lo podemos soportar todo, solamente tenemos que seguir adelante con una buena actitud, con buen animo.

Amigo, debemos ser constantes y espero que podamos grabar esa palabra en nuestros corazones: CONSTANCIA.

Lo importante es que ambos se fijen la menta de ser constantes y que puedan entender cuán importante es no rendirse.

Cristo vive, todo testifica que eso es así.

Nuestro Padre nos ama, nos dio a su Hijo para que tengamos una oportunidad de volver.
Tomas S. Monson es el Profeta en estos momentos.

Sé que debemos casarnos y sellarnos en el Santo templo, si lo hacemos nuestras posibilidades de lograr la vida eterna aumentarán considerablemente.