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24 abr 2009

¿Cuando apareció Jesús a los Nefitas?
Preguntas contestadas por José Fielding Smith
PRESIDENTE DEL CONSEJO DE LOS DOCE APOSTÓLES
(Tomado de The Improvement Era)
Estimado hermano Smith: 'Hace algunos años me fue requerido hablar acerca de los acontecimientos sucedidos en el continente americano al tiempo de la primera Pascua. Al preparar mi discurso, estudiando descubrí que había pasado casi un año entre el tiempo de la crucifixión de Jesucristo y su aparición a los nefitas en el Templo que se hallaba en el país de Abundancia.

“Y sucedió que en el año treinta y cuatro, el cuarto día del primer mes, se desató una gran tormenta…..”' (3 Nefi 8:5)

"Y sucedió que a la conclusión del año treinta y cuatro, he aquí, os mostraré que a los del pueblo de Nefi que fueron preservados, y aquellos que habían sido llamados lamanitas, que habían sido preservados les fueron manifestados grandes favores…..'" (3Nefi 10:18)


Existe aún malos entendidos entre nuestros miembros con respecto a estos acontecimientos. Quizás no sea de mucha importancia, pero, querría por favor aclararlo?

Respuesta : Es verdad que hay malos entendidos entre los miembros de la Iglesia al respecto, pero una minuciosa lectura del relato nos aclarará el concepto. Un examen apresurado de las cosas, nos dejará la impresión de que hubo realmente una diferencia de casi un año entre su resurrección y su aparición a los nefitas y lamanitas que se habían salvado de las catástrofes que sucedieron a la Crucifixión; pero prestando mejor atención a las palabras escritas, encontraremos que sólo un corto tiempo hubo entre ambos eventos.
La falsa conclusión, de que prácticamente un año había pasado entre la resurrección del Señor y su aparición a las gentes de este hemisferio, ha sido publicada y ha estado circulando entre los miembros de la Iglesia. Por lo tanto, quiero pedir a mis hermanos y hermanas en la fe, y a todos los que lean el Libro de Mormón, que presten mucha atención a los detalles de la historia.

En 3 Nefi 8:5, encontramos que "… en el año treinta y cuatro, el cuarto día del primer mes, se desató una gran tormenta como jamás se había conocido en toda la tierra". Los versículos siguientes nos detallan la destrucción que siguió a ello. Esto, evidentemente, tomó lugar al tiempo en que Jesús estaba en la cruz.
El capítulo 9 sigue con el relato de la destrucción y durante la catástrofe se oyó la voz de Jesucristo, manifestando el porqué del desastre:

"¡Oh vosotros, todos los que habéis sido preservados porque fuisteis más justos que ellos! ¿no os volveréis a mí ahora, y os arrepentiréis de vuestros pecados, y os convertiréis para que yo os sane? . .
"He aquí, soy Jesucristo, el Hijo de Dios. Yo creé los cielos y la tierra, y todas las cosas que en ellos hay. Era con el Padre desde el principio. Yo soy en el Padre y el Padre en mí; y en mí ha glorificado el Padre, su nombre." (3 Nefi 9:13, 15)

Todo esto sucedió mientras la gran oscuridad envolvía la tierra, y Mormón explica entonces a través de los capítulos noveno y décimo, la terrible destrucción que se llevara a cabo.

Concluyó el décimo capítulo con estas palabras:
"Y sucedió que a la conclusión del año treinta y cuatro, he aquí, os mostraré que a los del pueblo de Nefi que fueron preservados, y aquellos que habían sido llamados lamanitas, que habían sido preservados les fueron manifestados grandes favores, y se derramaron grandes bendiciones sobre su cabeza, al grado que poco después de la ascensión de Cristo al cielo, él verdaderamente se manifestó a ellos;
"mostrándoles su cuerpo y ejerció su ministerio a favor de ellos; y más adelante se hará una relación de su ministerio. Por tanto, concluyo mis palabras por ahora". (3 Nefi 10:18-19)

Aquí él declara que sólo "poco después" que el Señor ascendiera al cielo tuvo lugar su aparición a los nefitas y lamanitas, en este continente. Y la ascensión del Señor fue en el día de su resurrección, después de su aparición a María al pié de la tumba y antes de su manifestación ante sus discípulos, aquel mismo día.
La razón por la cual Mormón suspende a esta altura su relato, no la sabemos. Indudablemente escribía durante los días de la gran contienda entre nefitas y lamanitas, y es muy posible que alguna imprevista emergencia haya sucedido por lo cual debió suspender sus registros temporalmente. Sin embargo, continúa su historia retomando el tema y expresa que se hallaba reunida una gran multitud en los alrededores del templo que se hallaba en el país de Abundancia. Es obvio suponer que esta gran reunión se llevó a efectos inmediatamente después de haber cesado el espantoso período de oscuridad.

Leemos que todos estaban
"…..maravillándose y asombrándose entre sí y mostrándose los unos a los otros el grande y maravilloso cambio que se había verificado". (3 Nefi 11:1)

Mientras ellos se maravillaban y se hacían notar uno a otro estos cambios y conversaban entre sí, oyeron una voz.
“No era una voz áspera ni una voz fuerte; no obstante, a pesar de ser una voz suave, penetró hasta lo más profundo de los que la oyeron, de tal modo que no hubo parte de su cuerpo que no hiciera estremecer; sí, les penetró hasta el alma misma, e hizo arder sus corazones." (3 Nefi 11:3)

"Y aconteció que al entender, dirigieron la vista hacia el cielo otra vez; y he aquí, vieron a un Hombre que descendía del cielo; y estaba vestido con una túnica blanca; y descendió y se puso en medio de ellos. Y los ojos de toda la multitud se fijaron en él, y no se atrevieron a abrir la boca, ni siquiera el uno al otro, y no sabían lo que significaba, porque suponían que era un ángel que se les había aparecido." (3Nefi 11:8)

El hecho de que la multitud estuviera aglomerada en las adyacencias del templo comentando uno con otro acerca de los grandes cambios ocurridos, es evidencia de que esto fue un acontecimiento inmediato a la resurrección del Señor. Si esto hubiera ocurrido un año más tarde, las gentes estarían familiarizadas con estos cambios y ya no tan maravilladas como Mormón relata que estaban. Era con gran asombro y admiración que ellos se habían congregado para comentar acerca de los acontecimientos.

Además, no es lógico suponer que Jesús hiciera esperar a los nefitas y lamanitas que habían permanecido fieles, por todo un año antes de aparecerse a ellos y darles instrucciones con relación a la clausura del período durante el cual estuviera en vigencia la ley de Moisés y la inauguración de una dispensación en la que la plenitud del evangelio era introducida a ellos.