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9 jul 2009

1 Nefi

Parte del encabezamiento de este capitulo (agregado en todos los capítulos, para un mayor entendimiento de estos, en el año 1879) nos dice:

“Lehi ve en visión un pilar de fuego y lee en un libro de profecías – Alaba a Dios”

Esta, hace una síntesis del tema de hoy. Un principio sencillo, un procedimiento eterno, causa y efecto, el proceso para recibir un testimonio de las escrituras, de su veracidad.

Primero

Debemos entender que el estudiar las escrituras es un mandamiento tal como se explica en el versiculo 11: “Le dio un libro y le mando que lo leyera”.

El que nosotros estudiemos las escrituras es esencial por el hecho que “es imposible que el hombre se salve en la ignorancia” (D y C 131:6). Por lo cual debemos conocer las escrituras. Conocimiento es “entendimiento y comprensión, particularmente de la verdad, según la enseña o confirma el Espíritu” (GEE pág. 36), en palabra sencillas, mientras mas influencia tengamos del Espíritu, mayor será nuestro conocimiento (Este tema se puede extender muchísimo mas, pero no es el caso).

Segundo

Mientras estamos leyendo, debemos estar concentrados en lo que leemos, más que leer debemos estudiar y escudriñar las escrituras con atención y detenimiento. Debemos probar del fruto.

Versiculo 12: “Mientras leía fue lleno del Espíritu del Señor”.

Tercero

Leer es muy fácil, pero ser constante en la lectura no lo es, no rendirse ni retroceder tampoco es fácil. Imaginemos que siempre hemos deseado ser abogados, ese a sido siempre nuestro sueño y hemos deseado eso desde muy temprana edad. Y de una u otra manera llegamos a estudiar derecho, ¿la tarea se acaba allí?, ¡claro que no!, la tarea recién comienza. Hasta ahora solo podemos decir que somos estudiantes de Derecho, pero no podemos decir, por muy patudos que seamos, que somos abogados, porque queda mucho camino por recorrer y debemos demostrar nuestra “verdadera intención” (Moroni 10:4). Para eso debes pagar el precio, y pagar el precio es ser constantes, buscar y alimentarnos constantemente de las Santas Escrituras, no importando cuanto se demore en llegar nuestro testimonio, nosotros debemos seguir adelante, recordando que los tiempos del Señor no son nuestros tiempos.

Versiculo 13: “Mi Padre leyó muchas cosas”.
Buscó con diligencia, perseveró.

Cuarto

Luego de cumplir con el mandamiento de estudiar las escrituras, de haber probado el fruto, esforzarse y ser diligente se obtiene el ansiado TESTIMONIO.

Versículo 14: “Cuando mi Padre hubo leído y visto…prorrumpió en exclamaciones al Señor”

Cuando tengamos el testimonio de la veracidad de las escrituras, nuestro corazón gritara de gozo y “Oh que gozo , y que luz” será la que veremos y comprobaremos por nosotros mismos que son verdaderas, que estas se encuentran plasmadas del conocimiento de Cristo, nuestro Redentor y Salvador, el Mesías prometido.

Espero con todo mi corazón que las palabras del Señor dadas a Isaías “mi pueblo ha ido al cautiverio porque carece de conocimiento”(2 Nefi 15:13 y Isaías 5:13) no se cumpla en nosotros y la promesa que nos entrego el Señor por medio de Nefi tenga efecto en nuestras vidas, “porque el que con diligencia busca, hallará; y los misterios de Dios le serán descubiertos por el poder del Espíritu Santo”. Pero para ello debemos pagar el precio y seguir el camino del sacrificio y la obediencia.

En las escrituras encontramos a Cristo y su plan de amor para nosotros. Estudiar la escrituras día a día a sido una bendición y poco a poco el cumplimiento de la bendición dada por Nefi a tomado forma en mi vida y me he logrado alejar de lo dicho por el gran Profeta Isaías.